Llevar un negocio adelante te implicará un esfuerzo y no debes apresurarte a tomar la decisión de comprar hasta que no hayas analizado en profundidad todo lo que tenga que ver con la operatividad del mismo. La ilusión que genera el proyecto que estás analizando comprar, debe estar acompañada de decisiones racionales.
No es lo mismo adquirir un negocio que una franquicia, ambas alternativas tendrán ventajas frente a la otra en determinados puntos, pero como emprendedor deberás evaluar las mismas y determinar con cual te sientes más cómodo. De igual modo si la decisión es comprar un negocio en marcha, no es lo mismo una panadería que una ferretería, no sólo por la posible de inversión de una frente a otra, sino por los horarios de supervisión y tareas que tendrá que desarrollar.
Una vez identificado el negocio a evaluar no dudes en solicitar al dueño actual toda la información relevante para analizar el mismo. No des nada por sabido y requerí cualquier explicación sin temor. -de hecho tu intención es ser el dueño y como tal tienes todo el derecho a pedir la información -.
Analiza la razonabilidad de la información suministrada por el Vendedor.
Comprar un negocio no es una ciencia, pero requiere tener en cuenta muchos temas específicos como financieros, laborales, fiscales y jurídicos entre otros.
Busca algún profesional que te ayude a la hora de evaluar el negocio y tomar la decisión final de compra de mismo. Es importante contar con un profesional que te asesore al momento del Due Diligence – auditoría o revisión previa del negocio antes de la compra- y detectar rebajas que puedan ser argumentadas en las condiciones del precio y del pago.
El valor dependerá de la capacidad del negocio para generar beneficios y flujos de dinero en el futuro y será una base para utilizar en la negociación que tendrás al comprar el mismo. No confundas este valor con el Precio, que dependerá de la negociación que tendrás con el Vendedor.
Este es un punto importante a tener en cuenta, ya que a veces tenemos otras actividades. Lo ideal es que el negocio que se adquiera tenga una estructura de empleados capaz de poder llevar adelante el mismo, pero no siempre sucede.
En algunos casos existen negocios muy pequeños en los cuales los beneficios del dueño están atados también a su remuneración como trabajador directo del mismo, lo cual hace necesaria su participación.
Por supuesto que la causa por la que se vende un Negocio es importante. No es lo mismo un Negocio que se vende porque se jubilan sus dueños que uno que se hace porque los dueños no están obteniendo rentabilidad del mismo.
Pero también es cierto que en un Negocio con altos beneficios, el dueño nos pedirá un precio alto, equivalente a lo que gana como valor para el traspaso. En cambio, en un Negocio con menor rentabilidad o incluso que esté operando a pérdida, tendrá seguramente un valor menor y quizás sea fácil de revertir esa tendencia deficitaria si contamos con una estrategia para ello. Cada caso será único y todos los negocios tienen oportunidades que pueden ser analizadas.
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Tú conoces que tu negocio es una excelente oportunidad de desarrollo comercial y/o profesional y que quien lo administre puede obtener una excelente rentabilidad del mismo. Tienes un nombre, tienes una clientela, pero no todos saben esto. Es necesario que la comunidad de negocios conozca las potencialidades del mismo y que has decidido ponerlo a la venta. Acude a sitios especializados en venta para lograr la máxima difusión.
El valor de la transacción es crucial y la determinación de tu expectativa será clave para darles mayores chances al proceso sin dejar de ser justo con el activo empresario que estás trasmitiendo. A veces los dueños subvalúan sus negocios y muchas otras veces cometen el error de fijar una expectativa muy alta, mezclando en el pedido razones sentimentales en el negocio que ellos mismos han creado. Ambas alternativas conducen a obtener un menor valor o minimizar las chances de éxito en la transacción. Trata de fijar una expectativa razonable en términos económicos. Se realista, tu sabes cuanto dinero genera tu negocio. Recurre a expertos que puedan ayudarte en la fijación de la expectativa de valor.
Tienes que tener en cuenta que el potencial comprador querrá analizar antes de comprarte el negocio. Si bien es importantísimo, no alcanza solo con tu gran disposición para contarle las bondades de tu negocio. Tendrás que tener información para compartir. Si ya has tomado la decisión de poner tu empresa en venta, entonces es necesario que prepares una carpeta con los datos más significativos de tu negocio. Evolución de las ventas en los últimos tiempos, costos, detalle del personal entre otras informaciones serán datos básicos que el comprador querrá conocer
La decisión de poner en venta tu negocio no significa que ya lo hayas vendido, ni tampoco que puedas llevar adelante este proceso sin ayuda. A veces estos procesos son largos y en el mientras tanto tienes que continuar dirigiendo tu negocio. Es más, si lo has puesto en venta, lo más conveniente es que el mismo esté funcionando lo mejor posible, por lo cual continuar con la gestión habitual del negocio y a su vez encargarse del proceso de venta puede resultarte muy cansador. Existen Brokers, Inmobiliarias especializadas en transferencias de Fondos de Comercios o Gestores de Negocios que pueden desarrollar esta función mientras tú sigues concentrándote en el día a día de tu empresa.
Antes de llegar a cualquier acuerdo es necesario que conozcas todos los productos, materiales o servicios que el negocio tenga para sus clientes. Pero no basta con saber de su existencia, también se debe tener una percepción exacta del valor, la calidad, el estado en el que se encuentran, si están aptos para vender, si están pagados, etc. Esta parte es vital para alcanzar un buen acuerdo de compra venta.
Por norma general, el comprador se suele quedar con todo el material del negocio. Por tanto, debes tener una lista de todos los artículos. Además debe conocer el estado actual de los equipos, y si estos fueron comprados o alquilados.
Es necesario que el comprador conozca todos los documentos legales posibles. Dependiendo del tamaño del Negocio, algunos de los más importantes pueden ser: contratos con clientes, proveedores, de arrendamiento, acuerdos de distribución, acuerdos con subcontratistas, convenios de trabajo, marcas registradas, derechos, patentes, etc.
Muchos propietarios de pymes hacen uso de la empresa para necesidades personales. De hecho, algunos realizan erogaciones personales con fondos de la empresa. Por lo tanto deberás analizar todos los números de la firma para determinar el valor real.
Si tienes la decisión de comprar un negocio debes conocer a tus clientes. Quienes son, el grado de recurrencia, las estacionalidades, etc.
No es lo mismo que un negocio tenga clientes gracias a ofertas o descuentos a que acudan a la tienda atraídos por la imagen de marca. Esos detalles también deben tenerse en cuenta antes de efectuar la compra.
Deberás saber quienes son tus competidores tanto en el sector como en la zona geográfica del negocio. Este conocimiento lo ayudará a estimar si el escenario competitivo puede ser un atractivo más para ingresar al negocio o por el contrario un tema a analizar en profundidad.
Al adquirir un negocio, puede ser que éste traiga consigo a una plantilla de trabajadores con años de experiencia. En principio, esto no supone ningún inconveniente, pero profundice en la situación de esos trabajadores. Conozca sus salarios, sus inquietudes y su estado de ánimo. También debe saber si están dispuestos a seguir con otro nuevo propietario.